sábado, 10 de abril de 2010

Tu espalda

es la tabla de mi único
mandamiento,
la arena en que se hunden
mis manos saladas de deseo,
la tierra que espera
mis arados
y que le llueve a mi semilla.
El calendario de amor
en el que marco mis orgasmos,
la cartilla
en que aprendí a leerte,
mi único recuerdo en las mañanas,
mi más firme asidero del presente.


Hace unos cuantos años, mientras leia una revista de medicina de mi padre, encontré este pequeño poema en una de las páginas finales. Y así fue como conocí a Aida Elena Párraga.


Aída Elena Párraga nació en San Salvador en 1966. Se ha destacado en el ambiente literario de su país publicando poesía, artículos, cuentos y entrevistas en diferentes medios impresos nacionales e internacionales. Su trabajo poético ha aparecido en diferentes Antologías de Literatura Salvadoreña, y en un único poemario publicado en 1998: Letralia. Algunos de sus poemarios inéditos: Desde esta ventana, Voces de ángeles y, Catatonia.


Yo, personalmente, me he sentido muy influenciada por su poesía. Tengo que decir, que nunca he leido una biografía suya, ni siquiera un libro con escritos suyos, solo poemas sueltos. Pero aún así, me parece deliciosa... Su lectura te lleva más allá de donde estás sentado, dejandote arrastrar a sus mundos, o dejando que te invadan las sensaciones de las que habla...

Aqui algunos poemas más.


xv

Desde esta ventana veo
un grito corriendo en el bosque,
rasgándose los pies en las espinas,
su alma de voz está perdida:
Mudo grito buscando
garganta cueva amiga
voz hermana cuerda viva
salto triple ventana mía,
mi voz, mi grito,
caminando por el bosque…
Quebrándose en las espinas.


xvi

Desde esta ventana veo
un caballo azul
pastando sueños.
El potrero recién amanecido del cielo
se le ofrece húmedo y tierno.
Extiendo mi mano,
le acaricio, le beso,
me pongo a pastar a su lado,
mientras en mi frente
va naciendo grama nueva:
Creciendo nuevo el cielo


(Tanto la pequeña biografía, como los dos últimos poemas, están sacados de la página web http://www.festivaldepoesiademedellin.org/pub.php/es/Revista/ultimas_ediciones/57_58/parraga.html)

martes, 6 de abril de 2010

Los leones de Bagdad

Los leones de Bagdad



Creo que a partir de ahora, más por puro aburrimiento, voy a mencionar un cómic a la semana.

"Los leones de Bagdad" trata sobre la historia real de cuatro leones escapados del zoo de dicha ciudad durante un ataque americano. Bueno, no quiero hacer spoilers, así que no contaré nada de la trama ni del final.



Aunque la historia no me pareció todo lo buena que esperaba, cuenta un punto de vista diferente, pero me da la impresión de que no explota todo el potencial que podría tener. La humanización de los sentimientos de los animales no sé si decir que se queda corta, por no saberlo aprovechar en todas sus posibilidades, o larga, por explotarla de más, y no contar la historia desde "el verdadero" punto de vista de los animales. Aunque en ese caso, puede que quedara muy vacia.

Hay que mencionar tanto el color, muy bien elegido en casi todas las páginas, e impresionante en algunas viñetas; como el dibujo, que aporta mucha expresividad a la historia y rehuye del purismo de la línea, sin llegar a ser una almaraga imposible de descifrar. También es una historia fácil de leer, con viñetas bien organizadas.

El tratamiento de la luz es muy bueno. Crees realmente que la historia se desarrolla en una ciudad anclada en medio del desierto, o en el interior de un palacio abandonado en el cual flotan motas de polvo y se filtra la arena del exterior por pequeñas rendijas.

Finalmente, si os gustan los animales, os lo recomiendo (yo me lo compré por ese motivo). Una manera diferente de dibujarlos, aunque no realista, demuestra destreza y conocimiento de la anatomía.
Si os apetece leer un cómic diferente, os recomiendo este, pues no cae en el tópico, se hace fácil de leer, la historia es entretenida y te invita a contiuar leyendo.

domingo, 4 de abril de 2010

La falta de ortografía de la semana

Me encantan las faltas de ortografía. Bueno, en sí no me gustan, me gusta la gente que las comete. Todo el mundo se equivoca, es cierto, yo también, por supuesto. Pero que se hagan en páginas web, libros o cartas más o menos serios/serias me encanta. Jejeje, vivo para ello... Sobre todo, cuando al lado está la misma palabra perfectamente escrita.

Ángel González

A veces, parece que aquellos que hacen los temarios de los libros de literatura que estudiamos en el instituto, olvidan que hay más poetas españoles que Lorca o Juan Ramón Jiménez, lo cual no quita lo grandes que son sus poemas. A veces incluso nombran a Miguel Hernández. Pero en el cajón de los olvidados hay uno, a mi gusto, de los mejores poetas del siglo pasado: Ángel González.

A continuación, algunos de los escritos que más me gustan, aunque en este link podreis encontrar más.


¿Cómo seré...


¿Cómo seré o
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.


Deixis en fantasma

Aquello.
No eso.
Ni
-mucho menos- esto.
Aquello.
Lo que está en el umbral
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fiel al borde de mí mismo
que ni el viento arrebata, ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la noche apaga.
Tenue cabo de brisa
que me ataba a la vida dulcemente.
Aquello
que quizá hubiese sido
posible,
que sería posible todavía
hoy o mañana si no fuese
un sueño.


Muerte en el olvido


Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...